Un caso extraño

Tiene un tiempo que vienen sucediendo cosas en el trabajo. No es que la empresa para la que laboro sea la más estable y me estén sorprendiendo todo los cambios, si fuera así todos tendrían razón en preguntarme en qué mundo vivo. No, no. No es eso.

No tengo el dato de hace cuánto tiempo «dejaron ir» (es decir corrieron sin mayor explicación) a una persona que yo no conocí bien. La vi un par de veces y me contaron más o menos quien era. El tiempo pasó y me entero hace poco que ya no está, que le dieron las gracias.

No sé como sea el manejo en otras empresas, en la que yo trabajo pasan dos cosas: nunca te avisan con tiempo que no requerirán más de tus servicios, simplemente un día te llaman a RH; una vez que uno fue a RH y se enteró de que se convertía en persona non grata uno tiene que manejar un bajo perfil: es decir, ser tan invisible como se pueda y no hablar con nadie. Esas son las órdenes.

¿Qué le dirán a uno mientras está firmando su retiro en RH? ¿Tenemos a tu mascota Bubbles, asi que fírmale? ¿Te delataremos con toooodos tus compañeritos de la primaria que tú y solo tú fuiste el culpable de la sal en la azucarera de los maestros? ¿Tenemos a tu familia secuestrada y como abras la boca todos se van al carajo? Extraña la manera en la que hacen las cosas.

Bien, en esta ocasión tuve la oportunidad de leer una despedida de protesta. No solo una despedida en el tono «los voy a extrañar», además había toda una crítica a mi lugar de trabajo, que honestamente compartí y lamenté que quienes pensamos así no lo decimos en voz alta porque cada quien tiene sus particularidades y su decisión de hacer o no hacer. También sospecho que si nos quejamos van a pasar dos cosas: nada y un sutil «pues si usted quiere trabajar aquí…» seguimos quejándonos tras puertas cerradas ante las respuestas que vamos a obtener.

Hace menos de un año que cambié de área y ya hay cambios en mi nuevo trabajo, esto no me asusta ni me angustia. yo sé dónde estoy y a dónde quiero ir. Finalmente el trabajar en esta empresa me ha dado toda la sensación de inseguridad posible y eso me ha hecho más aguantadora y más cinica (je, saludos Ivo), eso no quiere decir que quiera perder mi trabajo, pero siempre es una posibilidad.
Estos cambios han conmocionado a un sector de la empresa (jejeje) a mi solo me intrigaron, pero nada más. Por supuesto que si pensé que serían cambios solo en mi oficina, estaba muy equivocada. Claro que ahora reina la discreción entre directivos (lo siento chicos, ya no podré enterarme de muchas y jugosas cosas)rápida y quirúrgica.

Con este nuevo modo de hacer las cosas mucha gente está un poco nerviosa y hay miradas y gente que habla en voz alta medio en clave. Muy molesto. Están las que hablan en susurro, sin saber realmente de que hablan, pues solo los jefes saben nuestro destino. Yo estoy en mi oficina y me da un poco de hueva entrar en el jueguito este… no importa que tan jugoso el chisme, sé que nadie me lo va a contar y que yo solo soy «la niña esa que quién sabe que hace» ¿creen que no me he dado cuenta? Eso ya no me molesta, hago mi chamba y me divierto en ella, porque de que aquí rondan vibras extrñas… rondan.

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